La relación entre Metatrón, como revelación divina, y el concepto de dualidad peligrosa es central en la tradición cabalística y surge del inmenso poder y autoridad que se le atribuyen a este ángel, al punto de que su manifestación puede ser erróneamente confundida con la propia Esencia Divina.
Metatrón (o Matat, como es referido a menudo) es un portador de la revelación divina, pero el peligro de caer en una dualidad surge cuando se interpreta su autoridad como evidencia de dos poderes coexistentes.
Metatrón como Revelación Divina
Metatrón es un ángel distinto a los demás, considerado el más poderoso y misterioso de la historia. Su función principal es ser el Ministro del Rostro (Sar Hapanim), lo que significa que es aquel que revela el rostro divino.
• Portador de la Revelación: El rostro (panim) en hebreo revela la dimensión interna (pnim). Por lo tanto, Matat viene a revelar a Dios en este mundo y porta en él la revelación divina.
• Nombre Divino: Su grandeza es tal que se dice que el Nombre Divino “está en su interior”. Se le llegó a llamar Yud Kei Vav Kei Katan, es decir, el Tetragramaton pequeño. Además, el comentarista Rashi señala que la palabra Matat tiene el mismo valor numérico que Shadai, uno de los nombres de Dios que significa “el Todopoderoso”.
• Autoridad: Este ángel tiene una autoridad tan elevada que Rabenu Bejayé explica que incluso tiene la fuerza para perdonar los pecados.
Metatrón, por lo tanto, representa la revelación divina aquí en el mundo bajo.
El Peligro de la Dualidad
El problema central que genera esta figura es que su poderosa manifestación puede inducir al grave error de pensar que hay dos dioses o algo similar.
• La Advertencia de Rabí Akiva: En el primer siglo de la Era Común, cuando Rabí Akiva y otros sabios realizaban elevaciones místicas al Pardés, él advirtió a sus compañeros de no caer en el error de la dualidad. Aunque pudieran "percibir allí algún tipo de dualidad", debían evitar decir "mayim, mayim" (aguas, aguas) dos veces, pues Dios es uno, no dos, nunca.
• La Caída de Elishá Ben Abuya: La advertencia se ejemplifica con Elishá Ben Abuya. Al encontrarse en el cielo, vio al ángel Matat sentado, mientras que el resto de los ángeles estaban de pie (pues uno no puede sentarse delante de la presencia de Dios).
Al ver esta señal de autoridad suprema en Matat, Elishá Ben Abuya concluyó erróneamente: “Aquí hay dos autoridades, es decir, dos dioses, dos fuerzas que dominan el mundo”. A partir de ese día, se convirtió en Elishá Ajer (Elisha el otro), una expresión que significa que salió de la fe.
• La Distinción Necesaria: Los cabalistas insisten en que se debe tener muy claro que la esencia divina es uno y único, mientras que la revelación divina (la cual se manifiesta a través de Matat) puede darse de diferentes maneras.
Hay que tener mucho cuidado de no caer en el error de Elishá. Metatrón es solamente una revelación divina aquí en el mundo bajo y no es para nada comparable con el mismo Creador.
Conclusión:
La dualidad peligrosa surge de la confusión entre el portador de la revelación (Metatrón) y la fuente de la misma (Dios, quien es uno y único). La gran autoridad y la manifestación del nombre divino en Metatrón lo convierten en la figura ideal para esta confusión, llevando a la peligrosa conclusión de que existen dos poderes que dominan el mundo.
Para clarificar esta compleja distinción, se puede pensar en Metatrón como el sello oficial de un rey, entregado a un ministro. El ministro (Metatrón) puede ejercer una autoridad casi total, e incluso parecer el propio soberano debido a la autenticidad de su sello y su mensaje (la revelación divina); sin embargo, el peligro reside en olvidar que él es solo un sirviente (ebed) y un joven (naar) en comparación con la majestad del Rey que lo ha enviado. Confundir al ministro con el Rey es caer en la dualidad peligrosa.
Fuente: nuestro canal de YouTube Shorts Bíblicos.
